viernes, 12 de febrero de 2016

Primer recuerdo.

Carmesí oscuro, sepulcral. J. Coltrane suena nostálgico mientras ceno una sopa de zapallo del otro lado del mostrador.
Afuera el eterno sonido de las bombas lejanas es tapado por el olor y delicado caer de la lluvia.
Un miércoles creo.
Se abre la puerta con el típico sonido de campanilla antigua y reconozco el olor que entra.
"Al fin" digo, sonriente, y preparo un café grande para este visitante "pasaron como dos semanas y pensé que no ibas a volver nunca, Carmesí estuvo tan abandonado..."
-alguien tiene que bailar sobre los agujeros del piso, no?-
Se sienta en la barra dejando a un lado su tapado empapado y un suave aroma a Virginia Slim, por alguna razón me cuesta mirar su rostro, ES difuso o quizás yo esté sin los anteojos.
"Por dónde empiezo?"
-por el principio.
"odio empezar por el principio" respondo armando frente a él dos juegos de café.
-entonces por la mitad.
 "Primero estaba perdida, no recuerdo bien, el lugar exacto es una ciudad de veraneo con lagos y estanques al final del continente, pero es un misterio el cómo llegué a aquel específico lugar, porque yo tomé conciencia cuando ya estaba dentro del recinto.
"conocía la historia de los hombres-pájaro, aunque creía improbable tal hazaña, quizás por eso terminé disfrazándome de periodista con la trenza, los anteojos y la libreta en mano, mi plan era descubrir si esos seres existían.
"En ese momento era más valiente que ahora. Tomé conciencia de que mi trabajo era entrevistar a quienes estaban en el lugar, y es en ese mismo momento empecé a percatarme de cómo era el espacio en el que estaba: una especie de enorme cancha de futbol sin techo, las paredes consistían en kilómetros y kilómetros de cañerias, por todo el lugar unos altos postes unidos por finos hilos adornaban el eterno firmamento. Mirando hacia arriba distinguí figuras humanas que saltaban y planeaban entre los postes, sosteniéndose cada tanto. En medio del espectáculo se me acercó un jóven artista que me contó sobre aquella escuela de planeadores aunque casi inmediatamente cambió de tema.
"me dió unas fotografías que hoy podés ver ampliadas, enmarcadas y colgadas en el pasillo que va a los baños, son las cañerías de aquel lugar. Como te decía el muchacho entonces me dió las fotos, seguramente creyendo que era en serio una periodista, yo medio confundida seguí con el juego porque en el fondo me encanta fingir que soy otra persona, esperé una explicación de por qué me daba aquellas fotos a lo que él me arrastró hasta la pared más cercana.
"Él me contó que las fotografías las había hecho una fotógrafa incomprendida, me contó que ella habia intentado captar la perfecta simetría de las cañerías, los increíbles caminos que recorría formando una pared de laberintos, mientras él me relataba la visión de la muchacha, cada vez me resultaba más claro lo que decía, la pared llena de caños resultaba muy interesante, intrincada, en cierto modo...hermosa.
"Hermosa, si, una belleza delicada, tan sutil, dios, qué tontos, ¿cómo ellos osaron burlarse de la fotógrafa?
"Ilusos, yo pensaba, simples, cómo no pudieron apreciar la belleza y perfección escondida en esa pared? son tan pocos los afortunados...
"Al joven le emocionó que entendiera y por eso me ofreció enseñarme a planear, pero te cuento una cosa, no tuvo que enseñarme porque yo salté y sin entender cómo ya estaba entre los altos postes moviéndome primero ágil, por momentos temerosa.
" mi relato termina cuando me di cuenta que no sabía dejar de planear, medio asustada e ignorando las indicaciones del artista comencé a caer en picada y terminé en el recinto contiguo, siendo más específica en un estanque lleno de algas enormes. Las pobres fotos se mojaron y por eso tienen una superficie más bien arrugada, pero las guardé con mucho cariño porque me recuerdan que lo hermoso puede estar escondido en los lugares más extraños".

Finalizado mi relato ambos nos quedamos en  precioso silencio, yo recordando feliz mis días como viajante y mi acompañante intentando cazar quizás alguno de esos recuerdos. Él se estaba terminando su café mientras que el mío estaba heladamente intacto.
-cuanto es?- dijo dando por terminada la noche, sonriente, pacífico.
"invita la casa"
-la historia también es gratis?-
"ah, esa es cara..."