miércoles, 2 de diciembre de 2015

Resiliencia.



Se deslizó una sombra por la entrada.
Fue tomando una forma humanoide oscura que se sentó en el rincón más apartado de Carmesí. Pidió café cortado chico.
  - Estás bien? - le pregunté sutilmente mientras dejaba el vasito de soda sobre la mesa junto al café. Sopa se sentó en mi pie.
  "Estoy sola" contestó una voz lejana, como un eco que provenía de un lugar muy cercano.
  - Qué te hicieron...- suspiré reconociendo la voz que me contestaba- Qué te hiciste?
 " Me abandoné de vuelta y Ellos no lo notaron, por eso siguieron siendo como siempre y eso me lastimó".
  - estás sensible - le contesté fría, pero me retracté rápidamente porque sentí que su alma pesaba- por qué no pediste ayuda?
 "No sé, quizás porque nadie me entiende, porque no tengo con quién hablar de literatura, música, de la vida y sus profundidades, estoy tan apartada del mundo y lo miro como una película pasar frente a mis ojos, siento que me muero un poco cada vez que los segundos se hacen minutos y estos horas" escuché como rodaban lágrimas "estoy tan sola...".
Me detuve un rato, se me ocurrieron mil cosas que decirle, pensé en cien mandatos que ella debía hacer para despejar su cabeza, obligarse, al menos una razón para vivir, al menos mil para ser feliz. Quería decirle que todo pasaba, que iba a estar bien mientras siga sus sueños y se esfuerce.
Que no se duerma.
Pero solo le pregunté algo.
  - te acordás de la palabra?
 Se quedó callada unos segundos.
" resiliencia" dijo.
  - ...aunque duela, aunque pese. Y si no podés codearte con nadie lo podés hacer con vos misma: mientras que te tengas nunca vas a estar sola, vas a ver que todo se soluciona lentamente como siempre lo hizo y mil puertas se abrirán a tu paso.
 La abracé, sentí como su corazón palpitaba: estaba viva.
"Gracias" me dijo.
Quizo pagarme pero le dije que no tenía sentido.
Acto seguido salí por la puerta, siendo otra vez una.

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